Mañana Será Global para Karol G: ‘Quiero más’
En el 2023, la colombiana consolidó su lugar como una de las artistas contemporáneas más importantes del momento. Ahora, busca el reconocimiento mundial.
“Se me olvidó ponerme rodilleras”, dice Karol G, con un poco de pena. “Voy a tener raspones”.
Sonríe, esa sonrisa muy blanca, muy abierta y muy sincera tan de Karol G. Pese a ser una estrella pop que ha sido literalmente arrastrada por una piscina, luce notablemente feliz.
Hace solo unos momentos, un grupo de bailarines, hombres, sin camisa, la habían levantado alto por encima del agua mientras que ella — vestida con un pantalón suelto transparente sobre un pequeño bikini blanco — cantaba un medley de canciones que representan su año musical histórico. Incluía material de Mañana Será Bonito, su álbum que marcó un hito al convertirse en el primero en español de una mujer en llegar a la cima del Billboard 200; material de su siguiente álbum, el más aventurero Mañana Será Bonito (Bichota Season); y también, un breve abrebocas de “Labios mordidos”, su nuevo sencillo junto a Kali Uchis, que se lanzó a mediados de noviembre, unas semanas después de esta entrevista.
Al volver al agua, Karol y sus bailarines, ahora empapados y de rodillas, usan sus brazos como cuchillos sincronizados para cortar furiosamente el agua. Sin duda, es una rutina muy sexy, pero también físicamente demandante. Ahora, después que Karol se seque, exprima el agua de sus pantalones y se retoque el maquillaje, lo hará todo otra vez.
“Quiero que quede espectacular”, dice francamente de su rutina de cuatro minutos para los Premios Billboard de la Música (Billboard Music Awards), que se emitieron el 19 de noviembre. Con ese fin, quiso superar sus límites como bailarina, y contrató a la coreógrafa Parris Goebel, cuyos créditos incluyen la presentación de Rihanna en el Super Bowl.
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“El baile es un arte que respeto demasiado. El baile para mí es algo que yo veo y digo, ‘wow, ¿cómo lo hacen?’ Y es algo que tengo que reconocer que no se me da tan fácil. Para hacer las cosas que hago tengo que ensayar un montón”. Goebel también coreografió la presentación de Karol en los Premios MTV en septiembre, pero en esta ocasión, quiso resaltar su lado más físico y sexual.
“Volver con Parris Goebel dirigiendo el show me encanta. Me entiende cuando le digo lo que quiero expresar en mis movimientos y es una persona que además creo que saca algo en mí que todavía estoy en ese proceso de entender que tengo”, dice Karol. “Me gusta mucho ver que a pesar de que pareciera que ya llegué a un punto donde podría relajarme y decir ‘ya todo está corriendo y está bien’, todavía la vida me sigue demostrando y me está poniendo personas en el camino que me demuestran que todavía tengo un montón de cosas por hacer, todavía tengo un montón de cosas por dar”.
Han pasado 24 horas desde su grabación acuática, y ahora Karol está tranquila (y seca) mientras charla con nosotros en un estudio privado en Los Ángeles, hablando con usual expresividad y honestidad, puntualizando sus palabras y oraciones con crescendos, acentos y puntos de exclamación; enfatizando sus palabras aún más con entusiastas movimientos de brazos y manos.
En sus muchos videos musicales, Karol usualmente se presenta de una de dos maneras. Está la Bichota sexy y poderosa y sin temor a demostrarlo. Y está la niña paisa linda, sonriente, que celebra el amor y no teme a ser vulnerable. En persona, Carolina Giraldo de Medellín, Colombia, es ambas cosas, pero también es cálida, exuberante y franca, una personalidad que ha permanecido intacta a través de nuestros muchos encuentros a lo largo de los años, incluso a medida que su popularidad ha aumentado. Es difícil que caiga mal.
Ahora, su pelo está seco y recogido en una despeinada cola de caballo color platino que va con el color del corto vestido de seda que se ajusta a su figura atlética y delgada. A sus 32 años, Karol ha trabajado duro para verse así. Hace unos meses, su médico le prescribió un plan alimenticio para mejorarse de un problema del colón, “y obvio ese plan alimenticio me quitaba todo lo que no podía comer”. Al mismo tiempo, aumentó su régimen de ejercicios para poder cantar todas las noches por tres horas en un estadio enorme.
“Empiezo a hacer ese plan súper responsable, porque quiero sentirme bien, saludable, plus estoy haciendo un montón de cardio porque vienen los estadios. Y mi cuerpo empezó a cambiar”, dice. “Y fue súper lindo, porque toda la vida me habían dicho que para lograr ciertos cambios eran un montón de tiempo y en realidad era real”.
Lo mismo se puede decir de la trayectoria en ascenso de Karol. Acaba de terminar un año extraordinario que la vio convertirse en la primera mujer (y segunda artista en la historia) en llegar al No. 1 del Billboard 200 con un álbum todo en español, Mañana Será Bonito; es la artista latina femenina No. 1 en los charts de fin de año de Billboard (detrás solamente de Bad Bunny y Peso Pluma; y en los Latin Grammy en noviembre ganó el premio al álbum del año y además se convirtió en la primera mujer en ganar mejor álbum urbano.
Karol también es la primera latina (y una de solo un puñado de mujeres) en hacer una gira global de estadios, y terminó el año en el No. 1, por mucho, de la lista de giras latinas del año. Según Billboard Boxscore, generó 146,9 millones de dólares en solo 19 shows en el 2023, vendiendo 843.000 boletos, casi el doble de RBD, que quedó en segundo lugar con 86,7 millones de dólares recaudados en 18 conciertos.
Más allá de sus premios y logros, o mejor dicho, detrás de ellos, está el agudo sentido del negocio de la misma Karol. Su contrato discográfico con Universal Music Latino, quien la firmó a su primer contrato en el 2016, terminó después de la salida de Mañana en febrero. En lugar de renegociar o de aceptar alguna de las ofertas “increíbles” que le hicieron otras disqueras, decidió lanzar su propio sello, Bichota Records, invirtiendo en infraestructura y personal — en gran parte en su Colombia natal — y firmó un contrato de distribución con Interscope. Este le da el apoyo total y multinacional de la disquera y su equipo, pero le permite ser dueña de sus propios masters de ahora en adelante, incluyendo los de Bichota Season.
“Queríamos quedarnos en la familia Universal”, dice Noah Assad, quien ha manejado a Karol desde el 2020 a través de su Habibi Management. “Ellos le apostaron al comienzo y nosotros creemos en longevidad. Nadie conoce a un artista mejor que la infraestructura que te tuvo en los comienzos”.
Aún así, agrega, “ella estaba lista para construir su propio sello, su propia estructura y su propio equipo. Ya estaba apoyando en sí misma sin recibir nada a cambio. La independencia no se trata de solo ser independiente. A ella le tocó construir toda esta infraestructura. No todos los artistas están hechos para ser independientes. Pero el saber que ella lo podía ser, hizo que esta fuera la decisión correcta”.
Firmar a Karol, dice Nir Seroussi, executive vp de Intersope, vino de “una conversación muy práctica que tuve con Noah donde pregunté, ‘¿Qué quieres?’ Y él dijo, ‘Ella es una jefa. Quiere sentirse empoderada y es ambiciosa. Quiere sentarse en la mesa junto a las Billie Eilish y las Olivia Rodrigo del mundo’”.
El mensaje de Karol al sello fue claro, recuerda Seroussi: “He llegado lejos, y quiero más. Me quiero sentar junto a estrellas del mercado mainstream porque así me siento: latina pero con fans de primera liga”.
Pero, al mismo tiempo que mira su estrellato global, Karol, como siempre, se lo está tomando con paciencia.
“Tampoco estoy presionando en eso. Siento que hay un punto de quiebre delicado”, dice. “A veces uno como en ese afán de globalizar la música, se deja de hacer o pierde la identidad, o la esencia […] Entonces en ese aspecto vamos paso a paso. Sí nos han traído propuestas, pero no es algo a lo que le estoy corriendo demasiado. Igual, de corazón, qué sueño sería ir a Asia y llenar estadios. Eso sería increíble. Pero yo de corazón me siento muy feliz y agradecida con lo que hago hoy. Vamos a encontrar la manera”.
En una era de estrellatos rápidos en la música latina — por ejemplo, Peso Pluma y antes de él, Bad Bunny — el ascenso de Karol G ha sido seguro pero lento, hasta laborioso, complicado más aún por ser una mujer en un mundo latino donde tradicionalmente ha habido pocos hits liderados por mujeres. Karol empezó de niña, compitiendo en X Factor Colombia a los 14 años. Venía de una familia sólida de clase media, pero cuando el reggaetón explotó en su Medellín natal, se enamoró del género, aunque ahí el éxito se complicó aún más. Empezó a grabar y a presentarse en vivo en un momento en el que los hombres dominaban completamente el género, como todavía lo hacen, y la industria la veía con escepticismo, como una curiosidad. Después de todo, aparte de Ivy Queen de una generación anterior, no había nadie con quién compararla.
Pero junto a su productor y compañero de composición, Ovy on the Drums, Karol desarrolló un sonido melódico, líricamente coloquial, de arreglos minimalistas y abierto a experimentación, que estaba muy dirigido a las mujeres, tocando temas de empoderamiento y vulnerabilidad con un punto de vista genuino y personal, y abrazando la sexualidad sin ser muy abiertamente sexual ni en sus letras ni en su presentación. Estrellas como Nicky Jam y J Balvin la apoyaron y grabaron con ella, y en el 2016, Universal la firmó.
“Las personas se ‘casan’ con Karol G”, dice Raymond Acosta, el director de talent management de Habibi, cuyo róster de artistas también incluye a Bad Bunny, Eladio Carrión y Mora. “Incluso cuando no están de acuerdo con ella, la ven como una hermana. Para muchos, no es solo una artista; es familia”.
Una artista prolífica e incansable a la hora de grabar música, Karol construyó su base de fans siendo sincera en redes sociales, sacando música constantemente, y manteniendo una visión clara y consecuente con quién era y qué quería. Su álbum debut, Unstoppable del 2017, salió cuando tenía 26 años y debuto en el No. 2 en el chart Top Latin Albums de Billboard, cuando tenía 3,5 millones de seguidores en Instagram. Hoy, tiene más de 70 millones.
Sus primeros grandes hits fueron colaboraciones con hombres, incluyendo “Ahora me llama” con Bad Bunny en 2017, que alcanzó el No. 10 en Hot Latin Songs. Su primer No. 1 fue “Dame tu cosita” en 2018 junto a El Chombo y Pitbull. Para ese entonces, Karol llevaba tres años en Universal, pero todavía no había logrado un gran hit por sí sola. A su alrededor, un montón de reggaetoneros estaban logrando números 1 rápidos en Hot Latin Songs, mientras que ella seguía sacando canción tras canción. Hasta la fecha, 60 de sus canciones han entrado al Hot 100, más que cualquier otra artista femenina.
“Es que yo empecé en el 2006 y es 2023”, dice Karol. “Desde mis primeras canciones, han pasado 15, 16 años. Imagínate, uno está 15 años dándole y pensando, ‘¿Cuándo es mi momento?’ ¿Pero qué pasa? En realidad yo quiero mucho lo que hago. Y por eso me encanta tanto hablar del proceso. La gente en las redes sociales siempre te muestran la meta: los carros, el dinero, los lujos. Y la gente está en casa como que, ‘¿A mí porqué no me pasan esas cosas? Yo quiero ser cantante y ser eso porque todo el mundo tiene eso’. Pues eso no es así de sencillo o simple. Todo tiene un proceso. Y en mi caso, en mi proceso, muchas veces como que me cuestioné, pero a mí me gustaba tanto lo que hacía que, si esto no es, ¿que voy a hacer? Es que la música soy yo. No se va a ir. Siempre que tengo una experiencia personal, quiero escribir una canción. Para mí todo es una canción”.
Finalmente, en otoño del 2019, sacó la canción: “Tusa”, un tema que trata sobre cómo recuperarse de un corazón roto, y que escribió con Ovy on the Drums y Keityn y grabó con Nicki Minaj. La canción pasó cuatro semanas en el No. 1 de Hot Latin Songs, estableciendo el estatus de Karol como una artista latina a tener en cuenta que podría colaborar con una gran rapera estadounidense, y a la vez que solidificó su lugar como una mujer que podía relacionarse con otras mujeres, contar sus historias, darle voz a sus preocupaciones, hablar por ellas. (También estableció la potente trifecta de Karol, Ovy y Keityn, quienes juntos han sacado una larga lista de hits impresionantes que incluyen a los No. 1 “Provenza” y “TQG” con Shakira).
“Como mujer, siempre ha tenido muy clara su identidad, lo que quiere expresarle al mundo y a los fanáticos, y obviamente ese empoderamiento femenino, como lo ha llevado al siguiente nivel, haciendo sentir a la mujer unas bichotas con esta palabra ‘bichota’ que se fue muy global”, dice Ovy, refiriéndose al título del hit global de Karol que se ha convertido en sinónimo de poder femenino. “Siempre ha tenido muy claro lo que quiere mostrar al mundo musicalmente hablando, y yo como su productor de toda la vida siempre le he entendido cada uno de los movimientos. Cualquier cosita que tiene en su mente yo de una la vuelvo música. Cada [vez] que estoy trabajado con ella, sentimos que estamos creando con el corazón, porque amamos hacer música”.
Hay una línea clara entre el estrellato y el superestrellato, y por años, Karol se acercó a este último sin lograr alcanzarlo del todo. Tocó en clubes, festivales y shows por América Latina, cualquier cosa para ser vista, pero nunca encabezó una gran gira. Sin embargo, su segundo álbum, Ocean del 2019, debutó en el No. 2 de Top Latin Albums, y terminó el año en el No. 1 del chart femenino latino de fin de año de Billboard, un lugar que ha mantenido desde entonces. También salió de gira en Estados Unidos por primera vez, como invitada de la gira Diosa de la Noche de 21 ciudades de Gloria Trevi.
En el 2021, logró su primer No. 1 en Top Latin Albums con el intensamente personal KG0516 y se fue en su primera gira estadounidense, tocando en teatros. Su Bichota Tour, el nombre de su sencillo, pero para estas alturas sinónimo de Karol G, recaudó 14,4 millones de dólares, vendió 214.000 boletos y le abrió los ojos a Karol a posibilidades que no había considerado seriamente. Un factor importante fueron las pelucas azules — iban con el color del pelo de Karol en la portada de su álbum y su estado mental vulnerable y frío — que las fans empezaron a usar en los shows en una exhibición sin precedentes de fanatismo por una artista latina.
“Siento que fue la forma que encontraba cada persona de estar lo más pegado a mí”, reflexiona Karol ahora. “Y no era solamente que la gente se pusiera las pelucas, sino la cantidad de gente que se ha ido cambiando el color del pelo a mi ritmo”, agrega, observando que la reacción al rojo y al rosado fue igual. “Me parecía increíble cómo un color de pelo se puede volver algo que marca una era de tu vida”.
Más importante, “empecé a ver por primera vez, a entender, que gracias a Dios lo de Karol G es una familia y no es un momento. Y eso es algo de lo que de verdad me siento muy agradecida, y me siento muy bendecida. Como que yo siento que esa gente que está ahí conmigo, no matter what, van a estar siempre ahí conmigo”.
Leer los comentarios en redes la guiaba. Los fans que la habían visto cantar en un club, ahora la querían ver en un teatro. “Empecé a entender que había una conexión. Que los que me habían visto me querían ver otra vez. Alguien vino y dijo, ‘Yo creo que estás listas para arenas’. Y yo me senté a pensar […] en un teatro son 3.000 personas, pero en una arena son 15.000. Hay todavía 12.000 personas que no me han visto. Entonces no tiene por qué asustarme volverlo a hacer. Pasamos entonces a vender las arenas”.
La gira por arenas $trip Love Tour del 2022 recaudó 72,2 millones de dólares y vendió 424.000 boletos. Su éxito hizo que Karol y su equipo consideraran recintos más grandes: estadios.
“Es un poco loco sentarse aquí en noviembre del 2023 y pensar que en noviembre del 2021 estaba haciendo su primera gira en Norteamérica”, dice Jbeau Lewis, socio en UTA y el agente de conciertos de Karol y Bad Bunny, entre otros. “El hecho que tocó predominantemente teatros en el 2021, luego arenas en el 2022, y saltó a estadios en el 2023 no tiene precedentes en ningún género. Creo que es fácil hablar de Karol como líder en el espacio latino, pero basado en su éxito, especialmente en este último año, debemos hablar de ella en la misma oración que Taylor o Beyoncé”.
También es loco pensar que hace un año ni Karol ni su equipo estaban siquiera considerando una gira de estadios. El plan era acabar la gira de arenas del 2022, sacar Mañana en febrero del 2023, y tocar tres estadios en Puerto Rico en marzo. Luego iba a tomarse un descanso, tanto por ella como por sus fans, que la habían visto de gira dos años seguidos.
Pero, Mañana explotó. Cuando Karol tocó el primero de sus tres shows en Puerto Rico, incluía tres temas de Mañana, que cantó acompañada por su guitarrista. Los fans pidieron más, y para la tercera fecha estaba cantando el álbum entero, y sus fans estaban cantando con ella cada canción.
“En ese momento dije, ‘Creo que tengo que ser muy consciente de lo que está pasando [con esta música], y necesito mirarlo, verlo’”, dice. Después de tocar tres estadios donde los fans se sabían toda su música recién estrenada, sintió que era el momento correcto para salir de gira nuevamente.
Un concierto de Karol G es un poco como una experiencia espiritual que une a múltiples generaciones de mujeres latinas bajo un mismo techo. Abuelas y niños lloran al unísono; mujeres profesionales se ponen pelucas de colores, y hasta los hombres se saben las letras.
“Lo lindo de mis shows es que la gente va como con una intención de sanar”, dice Karol. “La gente va con unas intenciones como tan bonitas que cuando yo salgo, obviamente yo soy el centro, todo está hacia mí. Y yo estoy así como una batería — bububububu — como recargándome, llenándome, llenándome. Y a veces, yo lloro un montón en los shows, y trato de no hacerlo, pero […] mi corazón como que no aguanta”.
Después de tocar arenas, Karol había sido capaz de llevar esa misma energía a los shows en estadios de Puerto Rico. El reto ahora era extender esa energía a una gira completa.
“Primero, fue tomar la decisión de hacer la gira de estadios. Porque fue algo supremamente discutido en el equipo. Alguien me dijo, ‘Karo, ¿vas a hacer estadios? Beyonce hace estadios. Taylor Swift hace estadios. ¿Estás lista?’ Y yo dije, ‘No. Yo hoy no estoy lista. Pero yo voy a estar lista porque depende de mí y de mi compromiso y de si me lo voy a tomar en serio”.
Su equipo sacó números y decidieron tocar en seis mercados “seguros” que rápidamente se convirtieron en nueve cuando Nueva York, Los Ángeles y Miami se agotaron y hubo que agregar segundas fechas. De ahí, la gira creció a 16 fechas en 13 ciudades.
Lewis dice que no era que el equipo resistiera hacer estadios, sino que sencillamente “no era el plan”.
“Usualmente, cuando haces una gira de estadios, necesitas 18 meses para ejecutar. Nosotros tomamos la decisión en marzo de salir de gira en agosto, con muy poco tiempo”, explica. “Pero todas las señales estaban ahí. Había mucha demanda. Tener que abrir segundas funciones inmediatamente en Los Ángeles, Miami y Nueva York fue increíble, y eso le dio al equipo la confianza para decir: ‘Agreguemos más ciudades’. Luego, hacer cosas como ser el artista principal de Lollapalooza, y volver seis semanas después a Chicago y vender 52.000 boletos en Soldier Field, realmente no tenía precedente”.
Para Karol, prepararse rápidamente para tocar estadios vino con una intensa presión. No solo tendría que cantar delante de multitudes de 50.000 personas o más, sino que lo haría en el mismo verano que estaban de gira Beyoncé con su Renaissance Tour y Taylor Swift con The Eras Tour.
“Karol G no [podía verse] como la que, ‘porque está haciendo una gira de estadios’”, dice. “Entonces fue como un reto personal grandísimo. Desde cómo me veía, a cómo pensaba, real, montar el tour fue un tiempo súper difícil para mí. Yo sentí que no estaba lista hasta las primeras dos fechas del tour, que veía videos de lo que estaba pasando. Y a mí me pasa que yo me juzgo a mí misma horrible y nada de lo que he hecho ha sido exactamente como lo quería. Y me pasó con este tour que tuve una realización como mujer donde yo veía los videos y decía, ‘wow, me encanta lo que veo’”.
Incorporar nueva música fue un reto por sí solo. Después de anunciar la gira, Karol también sacó Mañana Será Bonito (Bichota Season), un álbum que mostraba un lado diferente de ella: más sexy y experimental. Para explicarlo, escribió un libro sobre esas dos versiones de sí misma, y se lo dio al diseñador de la gira.
“Dije: ‘Esta es mi historia. Es el libro de Carolina, que quiero que sea una sirena’. Ellos hacen la historia, y ahí fue que encontré la manera de poner todo junto en el show”.
Aunque los artistas latinos más grandes siempre han tocado estadios por América Latina, las giras conceptuales grandes aún son relativamente pocas, y en Estados Unidos, solo un puñado de artistas latinos han hecho giras enteras de estadios. Karol se benefició de la experiencia de su equipo, incluyendo a Assad y Lewis, quienes ya había hecho la gira de estadios de Bad Bunny.
También se benefició de una base familiar muy sólida que es parte fundamental de su estructura de negocio. Además de Acosta, quien maneja su día a día en Habibi, desde el 2019, su hermana Jessica Giraldo, también funge como su “360”, supervisando todos los aspectos de la carrera de Karol, incluyendo su creciente operación en Bichota Records y su personal; Girl Power, su compañía en Medellín, que maneja su negocio de merchandise, entre otros; y su fundación Con Cora.
“Estratégicamente, tenemos una gran estructura y hay muchas, muchas personas enfocadas en masificar la visión de Karol”, dice Giraldo, quien es abogada. “El cambio que ha traído Noah es la globalización del proyecto. El proyecto venía andando muy bien en lo latino, pero con Noah se nos abrió un espectro muy grande en cuanto a la globalización. Han venido oportunidades en cuanto a festivales anglo y con Noah empezamos a hacer deals grandes y de ahí para allá se han abierto puertas. Raymond es la mano derecha de Noah en este proyecto y yo soy ese punto del enlace entre el artista y todo lo demás. Yo conozco a Karol perfectamente como mi hermana, y desde lo profesional he aprendido a entender su visión y lo que quiere hacer”.
Aunque las familias y las carreras musicales no siempre conectan, en el caso de Karol, ha sido una parte orgánica de su estructura desde el comienzo. Su padre, un músico, le alentó sus ambiciones, fue parte de su management hasta que firmó con Universal, y fue quien subió con ella al escenario cuando ganó el Latin Grammy a mejor artista nueva en el 2018. Hoy, no es parte de su compañía, pero sí es parte de su red de apoyo, y junto con su madre son una presencia constante en todos sus momentos importantes. Estos incluyen los Latin Grammys y los Premios Billboard de este año, donde su padre se sentó a su lado.
“Mi familia definitivamente es todo para mí”, dice Karol. “[La fama] condiciona mucho las amistades y las relaciones reales hoy en día. Entonces, creo que tener a mi familia a mi alrededor, que es lo más puro y lo más real, es lo que me hace sentir que no estoy viviendo como en un mundo efímero donde todo es del momento. Y tenerlos a ellos [también] es como una forma de agradecerles todo lo que hicieron por mí”.
Ese apoyo será esencial en febrero, cuando arranque su gira de 20 fechas por América Latina antes de una gira europea que se anunciará pronto. En total, serán siete meses fuera de casa, más que nunca. Como siempre, durante la gira se conectará con Ovy on the Drums y otros escritores en sesiones de composición para así seguir sacando sencillos.
Pero en este momento de la vida, se siente capaz de todo.
“Si me preguntas de qué estoy más orgulloso en el último año, te diría que de la independencia que hemos logrado”, dice Assad. “Pero también estoy muy orgulloso de lo duro que Karol trabajó durante la pandemia, yendo de teatros a arenas a estadios. Eso todo pasó entre el 2020 y el 2023, y es increíble”.
Más allá de la música, Karol tendrá su debut como actriz en la serie Griselda de Netlfix, junto a Sofía Vergara, en enero. Y su fundación Con Cora para mujeres, lanzada este año, ya tiene una serie de proyectos en deporte, educación y rehabilitación, incluyendo un programa con el Houston Space Center para mandar a estudiantes colombianas a visitas la NASA.
“Tengo tusa de que se acabe esta era porque definitivamente es donde coseché”, dice Karol. “Definitivamente, este es el año donde yo me senté y dije ‘ahora sí’. Wow. Ahora sí estoy viendo que llevo muchos años trabajando por algo, y ahora esto está empezando a trabajar por mí. Todo ese trabajo de todos esos años me está devolviendo muchas cosas que no sé por qué en algún momento pensé que iban a pasar y confié, y están pasando”.
Cuando le pregunto qué viene ahora, Karol lo duda por un instante, como si querer aún mas es demasiado para alguien que ya tiene tanto.
“Ay, no sé”, dice finalmente. “Me gustaría que mi música la disfrutaran en el mundo entero, y real de corazón, me gustaría que mi nombre se escuchara en el mundo entero. El año pasado que estuvimos en Santorini, en Africa, en Dubái [de vacaciones]. Y cuando yo dije que era de Colombia, todo el mundo era, ‘Oh, Shakira, Shakira’”.
“Yo me erizo porque yo siento que eso debe ser el tope”, dice y levanta su brazo para mostrarme. “Que tu nombre lo reconozcan en cualquier parte del mundo”.
Esta historia aparecerá en inglés en la edición impresa de Billboard del 9 de diciembre de 2023.